La semana pasada me compre una playera con una calavera estampada, me gustó mucho la calidad y diseño del estampado, la tela es muy suave, y el precio fue irresistible, pague £2.29 menos de 50 pesos mexicanos. La playera la compre en una tienda japonesa, la cual me gusta por los productos que tienen y se han planteado como misión convertirse en líder global en el año 2020.
Figura 1. Una de las tiendas de UNIQLO
Hasta el momento no he conocido a alguien que no le guste hablar de algo que consumió, que lo promueva, y que cuente su experiencia. Por supuesto, mientras yo hablo de ropa, los ‘intelectuales’ hablan y promueven libros que debemos leer.
Cada día las personas consumen ideas, servicios, productos, experiencias. Consumir es parte intrínseca de la vida de los seres humanos. Así, se ha desarrollado la cultura del consumo. Slater (1997) explica que la cultura del consumo consiste en la continua auto-creación a través de la accesibilidad de cosas que son presentadas como nuevas, de moda, o modernas, que siempre se mejora o esta mejorándose.
Como consumidor tengo ciertos hábitos y predisposiciones, por ejemplo mi formación como diseñador. El diseño en todas sus modalidades está ligado directamente con el consumo y al sistema económico actual, que está creado para consumir. En gran medida, las actividades relacionadas al diseño contribuyen para que las cosas sean consumidas. Los profesionistas crean objetos atractivos, o con cierto simbolismo y modernidad con el objetivo de atraer la atención del consumidor. En el campo de la investigación en diseño se exploran alternativas para explotar la creatividad comercialmente, también se buscan metodologías que mejoren el desempeño de los diseñadores para crear productos exitosos en el mercado.
Y a pesar de que el diseño está intrínsecamente ligado al modelo económico, algunos colegas siguen cuestionándose si el diseño es una herramienta del modelo económico vigente, como si fuera un estigma o una blasfemia decirlo o peor aun aceptarlo. Sin embargo, reconocer lo anterior representa para el gremio del diseño la oportunidad de:
- Reconocer que las habilidades como diseñador(a) pueden medirse, en relación al consumo de los productos que diseñó. Por ejemplo, Marcel Wanders ha creado productos que se han comercializado exitosamente en el mercado de forma permanente, lo cual representa para él un éxito.
- Reflexionar, si como diseñador(a) está considerando las necesidades del mercado, de la persona que usará el producto, y como aumentar las probabilidades de éxito del mismo. Esto sin ignorar que durante los últimos años se ha definido el perfil ‘diseñador emprender’. Los emprendedores, entre las diversas habilidades que tienen, identifican o crean necesidades y las satisfacen con un producto o servicio. En otras palabras la economía necesita en estos momentos personas que reactiven y renueven el modelo económico existente.
- Reconocer que dentro de la investigación, es importante dirigir la atención a satisfacer necesidades de la industria en su búsqueda para crear valor en el consumidor. La contribución del investigador en diseño se puede enfocar a evaluar y validar metodologías de diseño que aumenten las habilidades de los diseñadores en el reto de crear productos exitosos en el mercado.
Figura 2. Silla Knotted de Marcel Wanders
Si bien, el diseñador no es el consumidor promedio, entender las necesidades, deseos, aspiraciones de las y los consumidores (as) le permitirá crear productos que se adecuen mejor al contexto en el que se consumirán. Por lo anterior, considero que cualquier enfoque de diseño que no considere al consumidor y el acto de consumir seguramente no tendrá el éxito esperado.
El diseño estimula el consumo aunque no es responsable de que exista, el consumo es el resultado de varios factores que están conectados, como un gran sistema en el que el diseño es parte de. Para concluir esta entrada reitero la importancia de aceptar que el diseño es parte del sistema económico actual (capitalismo), y que en cierta medida estimula el consumo. Reconocer lo anterior implica que, como diseñador de producto, tengo que asumir las responsabilidades ambientales, económicas, éticas de los productos en los que estoy involucrado. Igual de importante ‘yo consumidor’ tiene un rol fundamental para que las cosas cambien, es un trabajo conjunto, no una carga exclusiva de una disciplina, como algunos teoricos lo han sugerido p.ej. Fuad-Luke (2002).
Dos perspectivas relevantes para esta entrada pueden revisarse en:
El consumo
Dos perspectivas relevantes para esta entrada pueden revisarse en:
El consumo
Is rampant consumerism ruining our lives?
Bibliografía
Slater, D. (2003). Consumer, Culture and Modernity. Polity Press: Cambridge.
Fuad-Luke A, (2002), Manual de Diseño ecológico, Editorial Cartago, S.L., Palma de Mallorca, España
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