Recuerdo que cuando era estudiante de licenciatura en diseño industrial, algunos profesores, cuando hablaban de estética y daban ejemplos de lo que ellos consideraba buen diseño, varias veces recurrían al principio: La forma sigue la función. Este principio se sigue mencionando en algunos blogs, o se hace énfasis en descripciones de productos. Por ejemplo, Jonathan Ive y compañía describen en el video en el que presentan Macbook air 2010, el reto que significó organizar el espacio interno de la computadora para así crear y configurar la computadora portable más pequeña y ligera del mundo. Y entonces me pregunto si el diseño puede reducirse a su racionalización, y si el “principio” de la forma sigue la función en algún momento ha sido válido. Para responder dicho cuestionamiento abordare el tema desde diferentes perspectivas, ingeniería, sociología, antropología y diseño.
Función
Una de los principales problemas del principio “la forma sigue la función” es determinar cuál es la función del producto. Para explorar esto, primero abordaremos el tema de la función de un artefacto. Crilly (2010) identificó y revisó 19 definiciones de función de diferentes campos, biología, ingeniería, antropología. El menciona que el término función no es muy claro. Con base a dicha revisión Crilly sugiere que los artefactos no cumplen una sola función y que para clasificar las funciones es necesario entender los diferentes propósitos para los que los artefactos sirven, o los efectos que tienen, o el medio por el cual los efectos se realizan. De tal manera, un artefacto cumple funciones instrumentales, unas tijeras sirven para cortar; funciones estéticas, el grado de gratificación de los sentidos que tiene el artefacto en el usuario; y funciones sociales, reconocer que el objeto son unas tijeras. En cierta medida, Louis Sullivan centró su atención en la racionalización del diseño, en creer que objetivamente puede determinarse la forma ideal de un objeto, resultado de cumplir su función técnica. Crilly y colegas (2008) comparten esta idea, ellos mencionan que la forma sigue la función puede interpretarse de la siguiente manera: la apariencia final del producto es determinada lógicamente y es el resultado del problema general que el diseño debe resolver o de los beneficios específicos que debe ofrecer un producto. Esto, sin embargo, implica varios problemas que revisaremos a continuación:
¿Cuál es la función instrumental de una bicicleta?
Quizá la mayoría de las personas, aceptarán que el propósito o función instrumental de una bicicleta de carreras es transportar al ciclista de la forma más rápida. Esta función impone restricciones en el diseño tales como su peso, forma, y rigidez. Una vez determinado el objetivo e identificado sus restricciones el proceso de diseño parece sencillo de resolver, sin embargo, no es así.
Specialized bicycle components es una empresa que se dedica a diseñar y fabricar diferentes tipos de bicicletas, entre ellas bicicletas especiales que usan los mejores ciclistas del mundo. Cuando se trata de crear la mejor bicicleta, en este caso la más veloz, usan los materiales más ligeros y resistentes, realizan pruebas en túneles de viento para mejorar la forma aerodinámica de la bicicleta, en resumen usan la mejor tecnología y la complementan con un equipo de ingeniería-diseño muy capacitado. Siguiendo esta estrategia han logrado reducir 100 gramos del peso de una bicicleta profesional que se usa en carreras contra reloj, en zonas planas o velódromos. El resultado de dicha mejora se refleja en un aumento de la velocidad del ciclista. Ellos saben, sin embargo, que a pesar de contar con la mejor tecnología la forma sigue siendo perfectible en relación a la función que se determinó, asumiendo que ésta es transportar lo más rápido posible al ciclista. Por otro lado, el futuro siempre existirán mejoras en materiales, mecanismos, formas, por lo que el reto de determinar objetivamente la forma adecuada para la función que cumple este tipo de bicicleta parece ser interminable. Esto sin considerar que la función instrumental pueda ser distinta a la planteada en este ejemplo o que dicha función puede ser resuelta de mejor manera con otro objeto (una moto por ejemplo).
La bicicleta de Alberto Contador
¿Puede determinarse la función técnica del objeto a partir de la forma?
Los antropólogos desde hace mucho tiempo saben que no hay forma perfecta para un producto. Su interés en los artefactos se debe a que a través de su función obtienen indicios del comportamiento de quien hizo y usó el objeto (Preston, 2000). Así, para los arqueólogos, uno de los primeros pasos para descifrar los estilos de vida y formas de pensamiento de culturas que ya desaparecieron es descifrar la función de los objetos que dejaron en el mundo, las reliquias de su existencia. Preston (2000) menciona que determinar la función de un objeto es un reto sumamente complejo. Una de las razones que generan dicha complejidad es que la relación entre la forma y la función no es una relación directa forma igual a función, una función puede ser resuelta a través de diversas maneras. Así, para iluminar un espacio interior pueden usarse diferentes objetos: una antorcha, una lámpara, un foco, o una vela. Además cada uno de estos objetos, puede ser creado con una gran variedad de formas. Por el contrario, una forma específica puede servir excelentemente bien para diversos propósitos. Una vasija puede contener aceite, agua o incluso restos humanos. De tal manera, no es confiable determinar la función, específicamente de la forma de un objeto o la forma derivada de una función específica. Preston (2000) concluye que los objetos tienen muchas relaciones entre forma y función. Desde el punto de vista de la antropología, el principio la forma sigue la función no es válido.
¿cuál es la función de este objeto?
La perspectiva sociológica.
Como mencionamos al inicio un artefacto cumple diferentes funciones, y en muchos casos la función instrumental es la menos relevante. Por ejemplo, cuando comemos, no lo hacemos sólo para obtener calorías y nutrientes que mantengan el cuerpo físico de una persona vivo y con cierto nivel de actividad. Degustar un corte filete mignon tiene poco que ver con la obtención de nutrientes, más bien, se trata del prestigio que implica escoger ese específico tipo de corte. Un caso directo con el diseño es la función que cumple un abrigo de piel. Desde la sociología se argumenta que la función de un abrigo de piel no es proteger a una persona del frío sino demostrar el poder económico de la mujer que lo usa (Slater, 1997). Considerando el ejemplo anterior, ¿cuál sería la mejor piel para ilustrar la riqueza de la mujer? Esto sin considerar el cambio socio-cultural que existe en nuestros días en relación al uso de pieles de animales.
Publicidad de Peta en contra del uso de abrigos de piel
Reflexiones finales
En este texto he cuestionado el ‘principio’ la forma sigue la función desde diferentes enfoques, además he mencionado la complejidad que implica determinar objetivamente qué función cumple un artefacto. En los últimos años las disciplinas relacionadas al desarrollo de producto aceptan la idea de que un artefacto cumple necesidades instrumentales, estéticas, sociales y económicas (Para un ejemplo ver Crilly 2010). Esto está alineado con los enfoques de antropología y la sociología que sugieren que los productos no cumplen una sola función y que dicha función no está ligada a una forma específica. Para concluir con mis cuestionamientos del ‘principio’ retomo el rol actual de los productos en el mercado. Supongamos que se ha diseñado la taza para café que lo mantiene caliente por el tiempo deseado y concentra mejor el sabor. Es la taza que cumple el ‘principio’ desde cualquier enfoque, instrumental, social, antropológico. En resumen no hay nada igual en el mercado, mi pregunta es, bajo las condiciones actuales, el modelo económico existente, ¿Es posible mantener este taza en el mercado, permanentemente? Bajo las condiciones existentes creo que la respuesta es negativa, en un mercado libre, no importa que tan buena sea la solución, siempre habrá otra opción.
Desde mi perspectiva la forma sigue la función no es un principio de diseño, usarlo no enriquece o impacta en el desempeño de los diseñadores. En otras palabras, ¿de qué sirve decirle a un estudiante de diseño que su producto es un buen/mal ejemplo de la forma sigue la función? Si alguien tiene una respuesta que por favor la comparta.
El lector puede asumir si los argumentos presentados en esta entrada son suficientes para colocar el principio ‘la forma sigue la función’ en el cajón de intentos fallidos del diseño. Quizá aun más importante, los académicos del diseño pueden reconsiderar su uso y difusión entre los futuros diseñadores.
Cuando se presentó la macbook air en 2010 no vi nada nuevo en ese producto: solo frases trilladas que he escuchado frecuentemente en los últimos años: creamos el objeto más pequeño, más ligero, más poderoso, con la mejor cámara. Esto me preocupa porque muchos diseñadores ven a Apple como el modelo a seguir, cuando quizá solo se ha convertido en víctima de su propio éxito. ¿A ustedes les gustaría ser parte del equipo de diseño de Apple para crear los productos más ligeros, más pequeños, minimalistas? Lo siento, pero eso reto lo pueden resolver en cualquier otra empresa.
Bibliografía
Crilly, Nathan, Anja Maier, and P.J. Clarkson. (2008). Representing artefacts as media: Modelling the relationship between designer intent and consumer experience. International Journal of Design, Vol 2, no. 3: 15–27. (November).
Crilly, N, The roles that artefacts play: technical, social and aesthetic functions, Design Studies, 2010, doi:10.1016/j.destud.2010.04.002
Preston, B. (2000). „The functions of things: a philosophical perspective on material culture‟, pp 22-49. In Graves-Brown, P. (ed) Matter, Materiality and Modern Culture, London, Routledge.
Slater, D. (2003). Consumer, Culture and Modernity. Polity Press: Cambridge.
Comentarios
Form Follows WHAT?
Una de las ideas interesantes que propone el autor, Jan MICHL, es que la idea de la forma sigue la función es una justificación de los diseñadores para determinar la forma del producto. En otras palabras, la ‘objetividad’ de la que surge la forma, al ser ‘determinada’ por la función, justifica la toma de decisiones formales del objeto. De esta manera no importa si el producto no es agradable para el usuario, es su problema, los diseñadores hicieron bien su trabajo, y eso es lo que importa.
Gracias por tu mensaje,
Coincido que los productos (Y sus formas) pueden ser medios intencionales de comunicación, sin embargo, esto puede entenderse desde varias perspectivas:
• Lo que las personas reconocemos y categorizados como cámara. Hay que recordar que las personas, no los productos, asignamos el significado.
• Lo que la persona puede comunicar al usar cierto producto, p.ej. estatus.
• Los valores que comunica la marca, los cuales pueden ser abstractos y no están necesariamente ligados a la forma.
Ante esto, no es completamente cierto (y relevante) que los productos tengan que comunicar lo que hacen, por ejemplo, los teléfonos celulares con pantalla táctil, que en términos formales podrían sintetizarse en prisma rectangular. En términos formales hay muchos objetos que son prismas rectangulares, sin embargo, se usan de diversas maneras. Una pregunta que tengo es ¿Hay una función especifica que insinúan los prismas rectangulares?
Para concluir, muchas aspectos de la comunicación son aprendidos, comportamiento, conductas, etc. Considero importante reflexionar para qué continuar o mantener el mito de la forma sigue la función.
Saludos cordiales,
Juan Carlos