Aprovechando el contexto político que se vive
este año en varios países escribo esta entrada sobre el estereotipo ‘lo que es
bello es bueno’ el cual está presente en el diseño de productos y en las
campañas electorales.
Una estrategia muy usada por los políticos
para promocionarse cada vez que hay elecciones para cargos públicos, son los
carteles. En éstos, ellos aparecen sonrientes, amables, simulan ser buenas
personas, comprometidas con la democracia, que escucharán y apoyarán las
necesidades de quienes pretenden representar. Así, las calles se inundan de
fotografías de personas que no conocemos, pero que se interesan en nuestro voto.
Los políticos, que han pagado cantidades estratosféricas de dinero para que los
maquillen, los peinen, para que un fotógrafo profesional les tome su mejor gesto
y un diseñador retoque la imagen y luzcan impecables, aprovechan cualquier
espacio para promocionarse. Esto también sucede con los productos, mostrando su
mejor ángulo en fotografías visualmente impecables, aislados de su contexto o
por el contrario en un contexto perfecto,
buscando atraer la atención del consumidor y generarles la idea de que es el
producto de sus sueños. Esta estrategia de exaltar la apariencia tanto en los políticos,
como en los productos, pareciera normal, sin embargo, se aprovecha de un
estereotipo identificado hace algunas décadas.
Lo que es bello es bueno
En un estudio clásico de Psicología Social,
Dion y sus colegas (1972) demostraron la existencia del estereotipo, ‘lo que es
bello es bueno’ (What is beautiful is good). Estos investigadores estaban
interesados en saber si ‘se asume’ que personas atractivas (mujeres y hombres)
posen rasgos de personalidad socialmente más deseables, en comparación con personas
menos atractivas. Por ejemplo, si se asume que personas atractivas tienen un
mejor trabajo, mejor carácter, o son mejores padres. Los resultados de su
estudio sugieren que el estereotipo de atracción física existe y es compatible
con lo la tesis de lo que es bello es bueno. Los resultados indicaron que los
participantes tienden a asociar a personas atractivas más rasgos de
personalidad socialmente deseables, y que también se asume que tienen vidas más
felices y exitosas. En los productos, esto no es muy diferente, pues se ha
propuesto que el estereotipo ‘lo bello es bueno’ también aplica en los objetos.
Donald Norman (2004) plantea ‘lo que es atractivo funciona mejor’ y Tractisnky y colegas (2000) exponen ‘lo que es bello es usable’. Si bien, estos principios son incorrectos (Ver Lindgaard, 2007; Hassenzahl, 2008) ya que se ha demostrado que las personas distinguen estas dos características en los productos de manera independientemente, por lo tanto, algo bello no depende del funcionamiento, así como algo que cumple perfectamente su función instrumental no es automáticamente atractivo. Hassenzahl (2008) explica que el hecho de crear productos bellos, impacta positivamente en el usuario y eso beneficia la relación usuario-producto al por ejemplo, ignorar que no funciona tan bien como se pensó y pasarlo por alto.
Donald Norman (2004) plantea ‘lo que es atractivo funciona mejor’ y Tractisnky y colegas (2000) exponen ‘lo que es bello es usable’. Si bien, estos principios son incorrectos (Ver Lindgaard, 2007; Hassenzahl, 2008) ya que se ha demostrado que las personas distinguen estas dos características en los productos de manera independientemente, por lo tanto, algo bello no depende del funcionamiento, así como algo que cumple perfectamente su función instrumental no es automáticamente atractivo. Hassenzahl (2008) explica que el hecho de crear productos bellos, impacta positivamente en el usuario y eso beneficia la relación usuario-producto al por ejemplo, ignorar que no funciona tan bien como se pensó y pasarlo por alto.
Figura 2. Estilización
en su máxima expresión
Es importante señalar que existen estereotipos individuales y sociales. En este caso mencionaremos brevemente ideas en torno a los estereotipos sociales, generalmente son impresiones compartidas por un grupo de personas, que están fuertemente influenciados por varios supuestos acerca de personalidades, actitudes, conductas, de las personas sobre un grupo específico (Macre, 1996). En otras palabras, son imágenes súper simplificadas de las características de un grupo, p.ej. Los ingleses son borrachos y los mexicanos flojos y en torno al diseño se cree que un producto caro es el mejor o que el buen diseño es costoso. Es relativamente fácil para los seres humanos estereotipar a sus semejantes y mucho más fácil creer que esos estereotipos son verdaderos. En algunas ocasiones es difícil dejarlos de lado, por ejemplo, cuando sin razón aparente, se tiene miedo a personas con ciertas características físicas.
La imagen no es congruente con la realidad
Aprovechar el estereotipo ‘lo que es bello es
bueno’ se ha convertido en una herramienta esencial para los políticos y toman
ventaja para atraer votos. Al estilizar sus fotografías enfatizan
su apariencia (Soy atractivo y amigable, soy lo que necesitas) más que en sus
propuestas. Paradójicamente, la evidencia de la existencia del estereotipo no
ha impactado en la manera de hacer política. Incluso hay algunos politólogos
que dudan de que la apariencia de una persona impacte en la intención del voto.
Afirman que en cualquier proceso electoral la población está informada. Se
asume, pues que ‘todos’ los electores somos libres de ejercer nuestro voto y que
no somos alienados o manipulados. Los politólogos olvidan que hay un gran número
de personas que solo conocen a los candidatos a través de propaganda, o de
programas de televisión (ediciones que muestran ‘la mejor’ cara del político o
personaje en cuestión). En México, por citar un ejemplo, hay más de 20 millones
de personas que viven en la pobreza extrema, que se preocupan más por
satisfacer sus necesidades básicas que por conocer a los candidatos que los
‘representarán’. Cuando voten su decisión se verá influida por imágenes
editadas, y resúmenes de televisión y los carteles con la fotografía del político,
-en el mejor de los casos-. Ante este escenario, no es raro que en una encuesta
presentada hace unos días -Encuesta Nacional de Preferencias Electorales para el 2012, las personas mencionen el candidato Priista es más simpático, valiente
y responsable y está más cercano a la gente. Esto desvía la atención a lo que
es importante, el plan de gobierno de cada candidato.
Los políticos tratan de venderse como
productos de consumo. El problema, sin embargo, es que muchos productos de
consumo son innecesarios, y los compramos
por cuestiones aspiracionales, sin reflexionar mucho en por qué los consumimos. El que los políticos se promuevan como productos de consumo les representa
muchos beneficios, pues una vez que están en el poder sirven a sus intereses, y
los electores no pueden regresarlos por malfuncionamiento, algo que también
debería aplicarse con estas personas.
Conclusiones
Enfocarse solo a crear productos atractivos,
excluyendo otros atributos del producto, es como estilizar la imagen de un
político,pues sólo decoramos en vez de concentrarnos
en lo importante y crear productos con una intención, la cual puede ser tan
sencilla como crear un producto para una persona cercana, o tan complejas como
crear productos que mejoren el bienestar de una comunidad, por ejemplo al
dedicar más esfuerzos hacia poblaciones desfavorecidas, pues en la actualidad una
población mínima tiene acceso a lo que se ha denominado el ‘buen diseño’.
Bibliografía
Hassenzahl, M. (2008).Aesthetics in interactive products:
Correlates and consequences of beauty. In H.N.J.Schifferstein & P. Hekkert
(Eds.), Product experience (pp. 287–302). San Diego, CA: Elsevier.
Lindgaard, G. (2007). Aesthetics, Visual Appeal, Usability
and User Satisfaction: What Do the User’s Eyes Tell the User’s Brain?. Australian Journal of Emerging
Technologies and Society Vol. 5 Issue 1, 1-14
Macre, C N, Strangor C, Hewstone M (Eds) Stereotypes and
Stereotyping (1996)
Norman, D. (2004), Emotional design: Why we love (or hate)
everyday things (New York: Basic Books).
Tractinsky, N., Katz, a.s. and Ikar,D. (2000) What is beautiful is usable.
Interacting with Computers, 13, pp. 127 – 45.
Comentarios
Un saludo desde España de un nuevo lector. David Recalde
El sistema económico actual estimula la compra, y promueve un estilo de vida específico. El diseño industrial es parte de este sistema, por lo que es parte del problema y también de la solución. Podríamos reflexionar cual es la relevancia de lo que vamos a diseñar.
Saludos!
Juan Carlos