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Beneficios de los productos estéticos

En la entrada “Función estética de los productos” mencione de manera general algunos beneficios que se atribuyen a un producto estético, el objetivo de esta entrada es explorarlos a detalle.

Atención y Estética

Muchas personas creen que crear objetos atractivos no representa una ventaja competitiva, es un aspecto que no vale la pena considerarlo al lanzar un producto, objeto, interfaz al mercado. Este es un error grave que contradice los resultados de investigación en el área del comportamiento del consumidor. Bloch (1995) afirma que la forma del producto puede atraer la atención de los consumidores y hacer que éste sobresalga en un mercado ampliamente competido. Esto puede explicarse a través del proceso mental denominado "atención selectiva", una herramienta que ayuda a los seres humanos a reducir opciones en contextos en donde la información disponible es abrumadora (por ejemplo un supermercado). Algunas veces es sorprendente el poder del proceso de atención selectiva, pues es un filtro que selecciona lo que puede influir en nosotros (Bargh, et al, 2006). Atraer la atención del consumidor, no debe ignorarse.

Además, Bloch y sus colegas (2003) señalan que la apariencia del producto es la primera cosa de un producto que hace conexión con un comprador potencial, independientemente de su categoría (electrodomésticos, mobiliario, etc.), juicios de valor se derivan de esta experiencia sensorial que pueden ser un detonante de compra. 

 Figura 1. Un producto estético generalmete llama la atención.

Lo que es bello es bueno

Dion et al (1972) llevó a cabo un estudio en el campo de la Psicología Social, en el cual exploró si a personas atractivas se les atribuía poseer rasgos de personalidad deseables, (las personas atractivas son más amigables, son fácilmente admitidas en grupos, obtienen mejores puestos de trabajo, viven vidas más felices, etc.), los resultados de este experimento fueron positivos. Dichos hallazgos se han replicado desde entonces (Para ver una síntesis de estudios similares ver Eagly, Ashmore, Makhijani, y Longo, 1991, Little et al, 2006). Con base en estos estudios se ha sugerido que existe un estereotipo asociado con el atractivo físico:''Lo que es bello es bueno''. De igual manera, se ha propuesto que las personas usan este estereotipo no sólo en personas, sino también en los productos. Norman (2004) sostiene que las cosas atractivas funcionan mejor; El que un producto genere una primera impresión positiva en las personas puede beneficiar otros aspectos del producto (por ejemplo, sus funciones instrumentales). O en casos extremos, si el producto es muy atractivo, no importa que no funcione, esto explicaría en cierta medida el éxito del exprimidor de limones de Philippe Starck.

 Figura 2 ¿Lo qué es bello es bueno también aplica en los productos?

Tractinsky et al (2000) también han sostenido que un producto hermoso tiene un impacto en la usabilidad aparente de los objetos. Aunque sus resultados han sido impugnados (Ver Hassenzahl, 2008; Lindgaard, 2007), es evidente que una impresión positiva en los consumidores derivada de la belleza del objeto puede influir en la evaluación general del producto. Como Hassenzahl (2008) explica si la belleza contribuye a una evaluación positiva del producto, es probable que dicha “positividad” se extienda a otros atributos del objeto, sin que necesariamente exista una relación causal entre éstos –Tal cómo lo sugieren Tractinsky et al (2000) y Norman, (2004)-. El que un objeto sea visualmente atractivo no hace que un producto funcione mejor, probablemente influye en las personas y cómo resultado son más tolerantes a un mal funcionamiento del producto.

Estudios con rostros atractivos, además cuestionan la idea de que lo estético reside en el ojo del observador, pues participantes que evalúan si los rostros son atractivos o no generalmente coinciden en la selección de rostros atractivos con márgenes de error mínimos (ver Little et al, 2006).

Valor económico y Estética

Otro beneficio que se ha sugerido deriva la estética del producto es incrementar su valor económico. Diversos estudios coinciden en que un consumidor estaría dispuesto a pagar más por un producto bello que por uno feo (Ver Hassenzahl, 2008). Este efecto, sin embargo, es moderado por atributos o rasgos de personalidad –algunos individuos valoran la estética más que otros (Ver Bloch et al 2003), así como, la situación -Tareas y contextos orientadas a la eficiencia (Hassenzahl, 2008). Un ejemplo de lo anterior son las herramientas, en donde es probable que sea más relevante que cumpla mejor su función instrumental que su función estética.

 Figura 3. El valor de la diversión

Vinculación afectiva y estética

La estética no sólo cumple la función de llamar la atención de los consumidores, sino también ayuda a crear vínculos afectivos con el consumidor (véase Csikszentmihalyi y Rochberg-Halton, 1981; Mugge et al, 2010). Mugge encontró que las personas tienden a guardar objetos por su valor estético. Esto es significativo porque un objeto estético ayudaría a disminuir el desecho de objetos. Chapman (2007) menciona que más del 70% de los productos que son desechados aun cumplen su función instrumental, , sin embargo, es posible que no sigan cumpliendo, su función estética o su función social.

 Figura 4. No desecharía este objeto jamás

Conclusiones

Hektner et al (2007) han señalado, que no se espera que los individuos siempre seleccionen hacer lo que les resulte más agradable, -en este caso comprar el producto más estético- sin embargo, debido a que la atención y cognición es limitada en los seres humanos (es difícil realizar varias actividades al mismo tiempo) es probable que las personas prefieran gastar sus recursos/tiempo en actividades y relaciones sociales que asocian con una experiencia positiva, tratando de evitar aquellas que son percibidas como negativas (Hektner et al, 2007). Bajo este argumento crear productos estéticos es benéfico desde un punto de vista económico y social, crear productos que hagan sentir bien a las personas y que estimulen su consumo.

Los diseñadores tenemos la oportunidad de crear productos atractivos, algunas veces esto ha sido un estigma para la disciplina. En esta entrada he mencionado algunos puntos que justifican el hacerlo. Así, la próxima vez que alguien que cree conocer lo que hacen los diseñadores y resuma nuestra actividad diciendo que sólo maquillamos o hacemos objetos bonitos podemos explicarle los beneficio que implica lograrlo.

Bibliografía

Bargh, J. A. (2006). What have we been priming all these years? On the development, mechanisms, and ecology of nonconscious social behavior. European Journal of Social Psychology, 36, 147-168.

Bloch, P. H. (1995) Seeking the ideal form: Product design and consumer response H Journal of Marketing Vol. 59 Issue 3, 16–29

Bloch, P. H., Brunel, F. F., & Arnold, T. J. (2003). Individual Differences in the Centrality of Visual Product Aesthetics: Concept and Measurement, Journal of Consumer Research Vol 29 Issue 4, 551-565.

Creusen, M. E. H., & Schoormans, J. P. L. (2005). The Different Roles of Product Appearance in Consumer Choice, Journal of product innovation management Issue 22 Vol. 1, 63-81

Csikszentmihalyi, M., & Rochberg-Halton, E. (1981). The meaning of things. New York: Cambridge University Press.

Dion, K., Berscheid, E., & Walster, E. (1972). What is beautiful is good. Journal of Personality and Social Psychology, Vol. 24, Issue 3, 285-290

Eagly, A. H., Ashmore, R. D., Makhijani, M. G., & Longo, L. C. (1991). What is beautiful is good, but.. .: A meta- analytic review of research on the physical attractiveness stereotype. Psychological Bulletin, 110, 109–128.

Hassenzahl, M. (2008a).Aesthetics in interactive products: Correlates and consequences of beauty. In H.N.J.Schifferstein & P. Hekkert (Eds.), Product experience (pp. 287–302). San Diego, CA: Elsevier.

Hektner, J. M., Schmidt, J. A., & Csikszentmihalyi, M. (2007). Experience Sampling Method: Measuring the Quality of Everyday Life. Sage Publications: London

Lindgaard, G. (2007). Aesthetics, Visual Appeal, Usability and User Satisfaction: What Do the User’s Eyes Tell the User’s Brain?. Australian Journal of Emerging Technologies and Society Vol. 5 Issue 1, 1-14

Little, A., Burt, D., & Perrett, D. (2006). What is good is beautiful: Face preference reflects desired personality, Personality and Individual Differences Vol. 41 Issue 6, 1107-1118.

Mugge, Ruth, Hendrik N.J. Schifferstein, and Jan P.L. Schoormans. 2010. Product attachment and satisfaction: understanding consumers’ post-purchase behavior. Journal of Consumer Marketing 27, no. 3: 271-282. doi:10.1108/07363761011038347.

Norman, D. (2004), Emotional design: Why we love (or hate) everyday things (New York: Basic Books).

TRACTINSKY,N.,KATZ, A.S. and IKAR,D., 2000, What is beautiful is usable. Interacting with Computers, 13, pp. 127 – 45.

Tractinsky, N., & Zmiri, D. (2006). Exploring attributes of skins as potential antecedents of emotion in HCI. In P. Fishwick (Ed.), (p. 405-422). MIT Press.
Zangwill, N. (2001). Aesthetic functionalism. In E. Brady, & J. Levinson (Eds.), Aesthetic concepts: Essays after Sibley (pp. 123e148). Oxford, UK: Clarendon Press.

Comentarios

Anónimo dijo…
Are you trying to tell us that you are a right-wing extremist?
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